jueves, 20 de diciembre de 2012

Un arma de doble filo: el deporte

Teniendo en cuenta los estudios de Arnold (1991) podemos afirmar que los juegos o que el deporte tienen valor educativo. Pero para que sea así tenemos que enseñarlos con la intención de que sean positivos. Si no tenemos dicha intención y dejamos la práctica libre no sabremos si  influirá de forma positiva, negativa o neutra. Es decir, el deporte puede transmitir tanto valores positivos como negativos por lo tanto sólo con la intención  de influir positivamente, pueden promoverse valores positivos.
Para que estos valores positivos sean educativos deben hacerse en condiciones moralmente aceptables.
Resumiendo, si no le damos intencionalidad a lo que hacemos como profesores y creemos que el deporte promueve valores positivos intrínsecamente corremos el riesgo que no sea así y lo que en un principio queríamos que resultara positivo resulte negativo para el alumnado.



Vía: Sobre el valor educativo de los contenidos de la educación física, José Devís y Carmen Peiró.

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